Cuesta mucho ser tú mismo
¿Y por qué cuesta tanto ser tú mismo?
Me gustaría mucho no confundirte, pero no sé, no puedo y no quiero engañarte. Así que todo lo que yo te diga, pudiera ser verdad, pero no cierto.
Compañeras, compañeros, amigos todos de nuestro Mochuelo al que tanto quiero, me falta mucho por saber quién soy, por saber lo que quiero. Aún he de buscar en mí mismo aquellos motivos que me hagan fuerte de saber quién soy y de saber lo que quiero. Que sea yo mismo, el que creo y siento, buscando caminos, ciudades o pueblos, buscarme yo mismo sabiendo que hago todo lo que quiero. Búscate tú mismo e intenta saber quién eres y puede que juntos podamos llegar muy lejos.
Sé que cuesta mucho ser uno mismo, porque es más fácil hacer lo que hace mi vecino, mi primo o mi conocido. Porque así, quizás, a mí no me vean tanto lo que hago mal o bien. Pero, por favor, no quiero y no puedo compararme contigo, porque quiero y puedo ser yo mismo, aunque tenga frio, o quizás lo que tenga sean miedos. He de luchar conmigo porque creo que puedo, con fuerza, coraje, con viento y sin viento. Quiero ser yo mismo, el que tiene miedo, el que tiene sueños por encontrar su sitio (el que busco y sueño) y siendo yo mismo perderé mis miedos.
Pero, como te decía, cuesta mucho ser tú mismo, cuesta ser el que crees que has de ser, con fuerzas y sin miedo de que seas tú, no solo por el dinero que cueste, ni por ser forastero, ni por lo que digan los que ya lo hicieron, ni por…
Has de ser tú mismo, aunque llueve, nieve o haga frio o calor. No importa lo que digan si es lo que queremos.
Debo de ser yo mismo. Que sea el primero en soñar de día, en soñar despierto, em soñar o andar por caminos que no conocemos, cruzando montañas que todos tenemos. Has de ser valiente, has de cruzar el rio. Tú puedes, si quieres, mi buen compañero. Quítate la capa, quizás el sombrero, descubre quién eres y no te tengas miedos, mi buen compañero.
Descubre tu mundo, mundo al que puede que tengas miedo. A ese que sueñas con ser tú el primero, rompiendo barreras de frio o de miedo. No te seas cobarde, rompe tus cadenas, las que llevas al cuello, seguro que puedes mi fiel compañero y verás un mundo lleno de alegrías y también de sueños. Y, sigue la ruta de aquellos que hicieron grandes monumentos, fueron ellos mismos perdiendo sus miedos.
Hoy, con vuestro permiso, en este trocito de mi verdad quería hablaros de mi Mochuelo, el que no es un pasado sino un presente, pero que tanto quiero. ¿Pero por qué has de querer tanto a tu Mochuelo? Pues quizás, lo mismo que yo podría preguntarte por qué quieres tanto a tu gato o a tu perro. Yo quise a mi Mochuelo. Pero podrías decirme que yo ya no lo tengo. Pero sigo enamorado y queriendo a mi Mochuelo.
Nuestra asociación, el mochuelo, hoy todavía no es casi nada. Pero a la que quiero y de la que tengo ganas de que pueda llegar muy lejos. En nuestra asociación, nuestro lema es aprender porque nunca se termina de aprender, es enseñar todo aquello que seamos capaces de transmitir a los demás, y es colaborar con todos o con todas aquellos que nos puedan necesitar.
Y, no quiero dejar de pasar de oportunidad de comentar, que una de nuestras misiones es la de ayudar a poner en contacto a personas para aquello que nos puedan solicitar.
Y no debemos de olvidar que todavía quedan algunos profesionales con ganas de enseñar aquello que les costó tanto de aprender. Y de practicar.
Por eso, nuestra próxima convocatoria, es para solicitar personas profesionales y no profesionales, que tengan la ilusión, y las ganas de transmitir a los demás todo aquello que puede ser el bien para ellos mismos y para los demás, sin cobrar nada por lo que puedan aportar.
Solo un ejemplo: como podéis comprobar, soy de los últimos de la fila y estoy enseñando castellano a personas que lo necesitan, personas extranjeras que agradecen, pero que a la vez quedan tan satisfechos como ellos mismos.
Nuestra misión sobre todo es el ser verdad, contigo mismo y con los demás. Porque nuestra misión es el hacer el bien a nosotros mismos y a los demás.
Hace unos dos meses dijimos de coger ropa para, aquellas personas, que las necesitasen, sobre todo para la guerra o los terremotos. Tenemos unas cuantas cajas dispuestas para enviar al primer sitio que podamos encontrar. Es algo que hacemos con mucho gusto y voluntad.
Mi querido amigo, amiga, estamos encantados de estar un día más con vosotros, pues sé que pondrás de tu parte, tengas la edad que tengas, para ser tú mismo y un poquito más, pues creo que jamás te arrepentirás.
Gracias, una y muchas veces más, nuestro Mochuelo, vuestro amigo Juan.
Comentarios