Reciclaje




Queridos amigos, compañeros y conocidos de éste, nuestro amigo el mochuelo. No puedo decir que sea un experto en el tema, pero si un apasionando de cuánto se pueda reciclar. 

Os cuento, pero que no se entere nadie. No puedo negar que un simple trozo de cuerda que yo me pueda encontrar en la calle a mí me produce más ilusión que si la compro nueva, y digo una cuerda, solo por poner un ejemplo. No puedo negar que soy, que fui y sigo siendo un apasionado de aquello que con tanta alegría tiramos. 

Recuerdo que una vez pregunté a un chatarreo, ¿Qué se necesita para ser chatarrero? Empezar, empezar, y, empezar, y hoy después de haber pasado ya unos años, yo diría ilusión, ilusión e ilusión. Ganas y ganas de hacer aquello que de verdad te gusta. Hacer lo que te gusta no tiene precio, pues cuando algo te gusta de verdad el trabajo ya no es trabajo.  

No sé si alguna vez te encontraste algo tirado en la basura o en el chatarrero. Si lo limpiaste o incluso fuiste capaz de ponerlo en marcha. Te puedo confirmar que no tiene precio. Si no lo has hecho ninguna vez, yo te aconsejo que lo pruebes. Te sentirás satisfecho por hacer algo que nunca habías hecho y que puede estar al alcance de tu mano. 

No tires nada compañero, date el capricho de ser cuidadoso, curioso o chatarrero. Todo es reciclable. Visto lo visto, quizás hubiese sido muy bueno que antes de habernos dado la botella, o botellita de agua de plástico nos deberían de haber enseñado adonde la tiramos. Enséñame papá, mamá, autoridad competente, adonde tiro la botella. Nadie nos lo dijo y todos dijimos que una más no tenía la menor importancia…  

No podemos negar cuanto daño le hemos hecho a nuestra naturaleza desde el más pequeño al más grande industrial. No intento ser más listo que tú ni seré yo el que pueda sacar una norma radical donde, de la noche a la mañana, todo se pueda reciclar. Pero lo que sí es muy verdad que esa tu botellita intenta no tirarla. No te voy a decir nada nuevo que tú no sepas, pero si te diré que tu botellita y la mía, si no las tiramos, serían dos menos. Serían dos menos que no estarían flotando en el rio o en el mar. 

No nos engañemos, no seamos cobardes, no te niegues tu propia realidad. Seamos honestos con nosotros mismos y felicítate si tú eres uno de los que te enseñaron a no tirar. Dime que eres uno que te cuidas y que además de que te cuidas, cuidas de los demás. Y por último te diré y para no cansarte más, anímate para que tú y yo hagamos una prueba para ver cómo o de qué manera fuésemos capaces de hacer algo por nosotros mismos y por los demás. 

De paso, te diré un trocito más de mi verdad.  

Siguiendo con el tema de no tirar, yo hace años empecé a recopilar, a reciclar y a comprar algo donde llegaban mis posibilidades de tiempo y de dinero. No tengo nada que sea digno de admirar, pero sí creo que tengo, para cualquier pueblo, la semilla para hacer sencilla y sanamente algo de un museo. Digo museo, porque entre las cosas que hay, hay variedad, y por eso suelo decir que tengo semilla para hacer un pequeño o gran museo. 

Pero me falta algo muy importante, un pueblo que pudiese estar interesado. O personas que quieran a su pueblo. Que estén plenamente comprometidas con ellas mismas y con su pueblo. Paisanos, amigos, compañeros de Nuestro Mochuelo, tenemos la semilla para hacer un pequeño museo en tu pueblo. Nuestro precio es asequible a cualquier bolsillo, a cualquier pueblo o terreno. 

Amigos, compañeros y compañeras de nuestro mochuelo, vosotros, sobre todo los más mayorcitos, sabéis que la vida está hecha de trocitos como dice alguna canción. Cada uno de nosotros, solo, no somos nada, pero sí quizás juntos con otros podríamos hacer algo totalmente diferente. Tengamos fe en nosotros mismos. Hombres y mujeres, dejemos a un lado las desigualdades. No creamos que solo los hombres podemos levantar catedrales. 

No puedo negar que hoy a mi edad tengo ganas e ilusiones de hacer, de probar y curiosear, como si mis años no hubiesen pasado. Creo en los jóvenes y en los más mayores, pues pienso firmemente que en esta vida todo o casi todo, se podría hacer realidad. Sé, o puede ser que no me creas, que algo muy importante es estar enamorado de tu vida. 

Mientras tanto, nuestro amigo el mochuelo, nos desea ganas de hacer, ganas de luchar y ganas de poder ayudar a los demás para que a la vez ellos nos puedan ayudar. 

El mochuelo de la amistad, vuestro amigo Juan.


Foto de Lisa Fotios

Comentarios

Entradas populares de este blog

Maldito tabaco

No te ates, no digas que ya no puedes

Ser mejor que ayer