Trabajo
No intento acusarte de nada, ni tampoco ser tu profesor, pero sí creo que quizás entre todos les podríamos dar a la palabra trabajo otra clase de valor, y no que la mayoría de las veces la utilizamos como algo maldito. No queremos dar ningún ejemplo, pues cada cual es muy libre de cómo valorar su trabajo, si es que alguna vez has trabajado. Porque sin duda hay, o somos muchos, que además de no haber trabajado demasiado, maldecimos a nuestro trabajo.
Nadie duda de lo duro que puede ser el trabajo, y muchísimo más si no te gusta. Jóvenes y menos jóvenes, no conformaros. Pero no eches la culpa a nadie de lo malo o lo bueno que puede ser tu trabajo. No todos podemos estar en el primer escalafón, pero sí que todos tenemos la obligación de si queremos algo, lo primero de todo, buscar que te guste tu trabajo, y que te dediques a hacerlo bien. Vuela, corre, grita y no te quedes parado, porque entre otras muchas cosas, el mundo se ha hecho muy pequeño y con muchas posibilidades, a pesar de que nosotros no siempre las veamos.
Dicen algunos de los expertos que las oportunidades de negocios están donde están las necesidades. No todos somos capaces de construir una catedral, pero sí que todos sabemos mucho más que nuestros antepasados. Somos muchos, los que sabiendo lo que es un martillo y un clavo. nunca lo hemos utilizado. Pruébate, empieza,… porque no importa la edad que tengas para clavar ese primer clavo. Y, creo que eso te servirá mucho, para que tú seas más amigo de tu trabajo.
Bueno ya está bien de hablar tanto de trabajo.
Los otros días leía en un libro, que, entre otras muchas cosas, nos olvidamos, o nos da vergüenza ser como los niños o hacer cosas que hacen los niños. Y creo que no nos damos cuenta de lo bueno que es el pensar o hacer cosas que hacen y dicen los niños. Pero sobre todo hacer. No pares de inventarte cosas, pinta, ten curiosidades y trata de aprender como un niño, sin vergüenzas y tengas la edad que tengas.
Nuestro mochuelo tiene muchas ganas de aprender. Lo admiro y a veces me da un poco de miedo, porque intenta volar más alto de lo que yo creo que puede volar, pero disfruto viendo las ganas, la ilusión, la fe que tiene por hacer cosas. A veces me dice que no tiene fronteras, que le gusta soñar y volar a donde sea y a cualquier lugar con tal de que alguien pueda darle una mano, sobre todo con los idiomas, porque según él lo lleva muy mal. Por lo demás, es como un niño que le gusta hacer muchas cosas de las que no es capaz pero que no tiene miedo a probar.
Debo decir que cada día estoy más encantado y más orgulloso. Y, ahora que se aproxima o casi ya estamos en la Navidad disfruto y aprendo mucho de él. Estoy encantado de ver las ganas que tiene de hacer y de que hagan los demás, pues siempre creyó que los demás pueden más que él y creo que se da cuenta, cada día más, de que no hay fronteras. Que las fronteras nos la ponemos nosotros y que por lo tanto no tenemos más remedio que ser capaces de volar. Me da miedo que se pueda equivocar, pero sé que, él ha perdido mucho el miedo y que le darán casi igual lo que puedan decir los demás.
Amigos y compañeros de nuestro Mochuelo, no sabéis cuánto me alegro de escribiros. Sé y comprendo que no a todos nos podrá gustar nuestro Mochuelo, pero seguro que él, a cada día que pasa, se siente más contento y satisfecho por poder escribiros, aunque sea con renglones retorcidos. Porque disfruta escribiendo y porque su meta es el hacer el bien a los demás, aunque sabe que va un poco tarde para desearos honestamente una sencilla y Feliz Navidad. Que podáis disfrutar de todo aquello que de alguna manera os pueda gustar y que os haga felices.
Felices fiestas y Feliz Navidad para todos aquellos que quieran o puedan hacer felices a los demás.
Nuestro mochuelo os desea Feliz Navidad. Vuestro amigo Juan.
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