Nuestro Mochuelo llora una realidad
Sierra Bermeja un trozo de paraíso al que muchos de nosotros difícilmente podamos volver a ver más. Sí que queremos justicia, porque si alguien lo hizo intencionadamente, y fuese verdad, que lo pudiese pagar.
No es nada nuevo que la ilusión del mochuelo es, un día, el poder llegar y crear grupos de hombres y mujeres de los que puedan soñar con la libertad, la amistad, la solidaridad, la capacidad, la honestidad, la austeridad y la profesionalidad. Con todos ellos y ellas, formar grupos de lo más diverso, dónde cada cual se pueda integrar con la mayor normalidad para hacer algo por nosotros mismos y por los demás.
Nuestros grupos pueden ser de lo más sencillo y variado. Quién dice que no podemos hacer grupos de mujeres y de hombres, de chicas o chicos, que puedan hacer o necesitar la colaboración de los demás. Donde podríamos aprender y a la vez enseñar. Podemos coser, podemos hacer manualidades, podríamos pintar, podríamos hacer un grupo cultural o un grupo de artesanos que quieren y pueden demostrar a los demás las distintas formas y maneras de trabajar. O poder dar clases a los demás. Donde nuestra máxima ilusión es aprender, es el enseñar y además es el poder colaborar.
Recuerdo hoy cuando regresé de Alemania. Lo primero es deciros que parece que fue ayer. Sé que regresé en un autobús al que antes de subir me tomé una pastilla que me habían aconsejado para los mareos, y solo sé que fui todo el viaje durmiendo. Sí que recuerdo que paramos en San Sebastián para dejar algún viajero y además comer frente a la playa de la Concha. Eran Autocares que se buscaban la vida. Con dos chóferes y haciendo rutas más o menos reguladas. Las que normalmente tienen su clientela. Son viajes de aquellos que se suelen decir de puerta a puerta. Lo más cerca del destino del viajero. Llegué al pueblo con muy poco dinero, pero con unas ganas locas de querer hacer lo que fuese. Para mí, lo más era el comprar un tractor. No tardé mucho en tener un socio y lo primero fue comprar un viejo corralón donde meter el tractor. Dos reclutas que días después fuimos a ver a un tío nuestro. Creíamos que con el hecho de ver a mi tío y además invitarlo para que fuésemos a Sevilla a ver tractores, podría ser solución para que, con su presencia, se apiadaran de dos pobres reclutas y nos regalaran poco más o menos que un tractor.
Vimos más de un tractor, pero de regalar nada, por lo que con desgana y tristeza nos fuimos a comer. En la comida, lo más natural es que saliese el tema. Y creo nos dijo mi tío que la solución podría ser el banco, donde había que comprometer a nuestros padres, cosa que no queríamos. Pero, además mi socio dijo… y si pasa algo. A lo que mi tío contestó entonces: mejor no lo compréis.
Vista la situación, mi tío marchó no contento, pero sí que él había cumplido con su cometido. No nosotros. Nos fuimos muy desilusionados. Hoy comprendo mucho mejor que cuando haces algo, tienes y debes estar de verdad enamorado. Y puede ser que pasen muchas cosas, pero nuestras actitudes tenían que ser totalmente positivas.
En esos días, vino un primo mío de Barcelona porque su madre estaba muy enferma. Una tarde nos fuimos a tomar una cerveza y estuvimos hablando de cómo estaba él y donde paraba. Me dijo que dormía en una pensión que tenía mi prima y que estaban bastante bien, lo que pude comprobar después. Pues eso de estar independiente fue algo que me gustó.
La conversación con mi primo fue por la tarde, y por la noche, con dos preguntas a la novia decidí irme a Barcelona. Al día siguiente, me tocó preguntar a mi hermano si él quería irse alguna parte. Él era el que servía de apoyo en casa de mis padres, como fue cuando yo estuve en Alemania. Él tenía la seguridad de un jornal y yo marchaba sabiendo que mis padres no quedaban desatendidos.
Quizás soy un pesado con mis cosas, pero quizás no está mal el recordar y disfrutar. Y saber cuánto hemos tenido que trabajar. Pero sí he de vocear que trabajé, pero también que me sonrió la vida.
Quiero y deseo que cada uno de vosotros y vosotras, que seáis felices dentro de vuestro trabajo, vuestras vidas familiares solteras o casadas. Sed felices y pensar que nuestro Mochuelo os quiere de verdad.
El Mochuelo de la amistad. Juan.
Foto de Juergen Striewski en Pexels
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