Ser mejor que ayer




Dicen que en la vida no basta solo con ser positivo, sino que hay que protegerse de la negatividad (algo que resta). Lo importante es el neto, dice un libro. 

También dice que el 95 por ciento de las personas somos estándar. Lo que quiere decir que somos conformistas con lo que nos tocó vivir. Pero, hemos de dar gracias al 5 por ciento restante (locos, que podemos decir que son anormales), porque que son los que han inventado algo novedoso. Nadie normal se atrevió a ir un poco más lejos para descubrir, a ser posible, algo mejor.

En nuestra sociedad somos muchos los que nos conformamos con una vida mediocre, con una vida sin sueños, sin hambre de querer llegar más lejos de lo que llegaron los demás. 

No dudo de que haya una pequeña parte de la sociedad que no quiera trabajar más ni para ellos mismos ni para los demás. Orgulloso y contento estoy de que haya una vida laboral mejor de la que tuvimos los demás. Pero no estoy orgulloso de ver a una parte de la sociedad tan deteriorada. Quizás, en parte, porque no hemos sido capaces de enseñar que el trabajar no es malo. Sí muy malo, vivir y trabajar a disgusto.

Todos conocemos personas que fueron capaces, y que quizás podrían haber tenido una oportunidad, o quizás la vida ya les dio la oportunidad que deseaban. Pero, cuántos de ellos no se molestaron ni intentaron poder llegar un poquito más lejos. A cuántos conocemos que simple y llanamente nos han dicho “ya he trabajado bastante”. Que no lo dudo, pero tampoco dudo de cuanta mentira hay en esa frase. Pues más de uno de esos colegas que dicen esto, una mayoría grande, no llegaron ni a cubrir gastos en su sociedad.

No podemos estar contentos con esa pequeña parte de la sociedad. Una pequeña parte que hace o hacemos mucho mal a nuestra sociedad por el solo hecho de quejarse (ya trabajé bastante). Nadie duda de que todo es mejorable, pero me río de muchos de ellos, y no porque yo me considere un buen trabajador, sino porque es una frase con mucha hipocresía, pues no creo que tengamos que ser guapos, bajos o altos. Tenemos que ser solo personas que no queremos engañarnos y no deberíamos engañar. 

Pero, cambio de tema…. Recuerdo cuando era un chico grande, pero no grande, quizás cuando quería ser grande. Todos decimos que con lo bonito o con lo feo no se come, pero nadie quiere ser feo, y tampoco nadie quiere ser bajo.

O sea, que nos clasificamos y sin querer o queriendo etiquetamos a las personas. Muchas veces de forma graciosa y otras veces malintencionada. Por eso es tan bonito llamar a cada cual por su nombre. Y no nos dejemos arrastrar por las modas, que muchas veces son para deterioro de la sociedad.

Pero bueno, ¡¡quién soy yo para venir a dar clases!! pues verdaderamente no soy nadie para enseñar, pero si quizás dentro de mis posibilidades trato, quiero y deseo que mi sociedad me enseñe a caminar por la vida, siendo sincero y siendo verdad. 

Quizás por esto mi blog quiere, con vuestro permiso, que vengan muchas más entradas, más publicaciones. Quiero y deseo dar a mi sociedad cuanto yo sea medianamente capaz. Pienso y me creo que todos, sin lugar a duda, podríamos dar un poquito más. Mi sociedad se merece muchos millones de blog que yo pudiese escribir. 

Recuerdo de nuevo, y me vais a perdonar, que cuesta mucho escribir sin saber escribir. Pero mi obligación pienso que puede ser colaborar con los demás. 

Pero amigos míos, hay una parte, quizás pequeña, quizás grande, que no comen ni dejar de comer.

Nuestro mochuelo está contento y orgulloso por intentar hacer algo por nosotros mismos y por los demás. Y además esperamos, con ganas, con sinceridad cualquiera que quiera colaborar. Queremos aprender, queremos enseñar y queremos colaborar y, a ser posible, ser verdad. 


Un abrazo de nuestro Mochuelo. Un saludo de vuestro amigo Juan.


Foto de Ingo Joseph


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