Vísperas de playa


No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Es algo que decimos muy frecuentemente y, sin embargo, no siempre cumplimos. El dinero, el tiempo, la edad y, … podríamos decir las mil circunstancias de la vida.

Digo esto porque yo también soy uno de tantos, que también dejo para mañana muchas cosas de las que tendría que haber hecho hoy. Quiero recordar algo que no sé si alguna vez lo he comentado. Como quiera que fuese, me lo quiero recordar otra vez y compartir y refrescar la memoria con todos vosotros. 

Fue algo muy casual. Recuerdo que fue en la boda del hijo de mi sobrino Paco. Según él contaba había hecho el camino en bici y creo que, también andando, y decía, que si hiciese otra vez el camino, que lo haría solo. Y pregunté si eso era posible pues yo no tenía ni la más mínima idea de lo que podría ser el camino. Lo cierto es que fue una cosa totalmente nueva para mí pero que yo quería hacer y que no sabía el porqué.

Pasó un tiempo, pero yo me había dicho que quería hacer el camino y además solo, lo contrario de lo que pensaba casi toda la familia. Pero me marché a hacer el camino, con la mala suerte que a los cuatros o cinco días me tuve que volver con una tendinitis en la pierna izquierda que no me dejaba vivir, y aconsejado por mi amigo el del clavo, me volví llorando porque yo lo que quería era continuar. Él sabía de lesiones porque él había sido futbolista. Me aconsejó por teléfono que me volviera, en contra de mi voluntad le hice caso y fue lo mejor que pude hacer. 

Me dije que volvería nada más la pierna se me pusiese buena, pero pasaron dos o tres años para encontrar el momento de volver a empezar, Pero amigo mío, algo muy importante para mí, que tardé algunos años pero que la llama estaba encendida, algo muy importante para querer continuar, sea el camino o fuese una gran autopista,

¿Y después de hacer el camino qué? Sé que lo hice, y que lo haría otra vez si mis piernas me ayudaran. No sé el por qué lo hice ni cual era ese gran interés, curiosidad, necesidad, religiosidad. Lo cierto y muy verdad es que cada cual haga su camino, y que cada cual, tendrá un motivo o razón para poder decir y poder opinar. Pues el camino es tuyo y de nadie más. Yo diría que puedes reír, puedes llorar, puedes soñar y puede ser motivo de felicidad, pues depende mucho de cada cual. Yo puedo decir que, a mí me dio la satisfacción de haber cumplido con algo que para mí pensaba que era imposible de hacer y que no me importaría repetir. Pero que conste que son cosas muy particulares. Creo que depende mucho de cada cual, pues tuve la oportunidad de ver matrimonios, grupos en desacuerdo con sus compañeros de viajes por lo que unos y otros hacían. En aquel momento quise ir sólo y creo que acerté. Creo que hoy ya no sería capaz.

Y con vuestro permiso, pues veo que en mi blog anterior me comprometía a contaros un trocito más de mi verdad. Y si mal no recuerdo, proponía continuar hablando de mi local lleno hasta la bandera y en el que no paro de meter más. Recuerdo que os decía que vino una señora al local que, sin decirme casi nada, me dijo mucho: Me gustaría poder traer mucha gente, pero quizás por ahí no pase una silla de ruedas. Y no era solo que no pasase la silla de ruedas, sino que también más de una cosa estorbaba. De su comentario también quise entender que nuestro espacio también podría ser distribuido de otra manera.

Quizás por eso doy tanta importancia cuando digo que todos necesitamos de un buen consejero o entrenador. Y además, hay otro dicho también muy cierto, que cuatro ojos ven más que dos. Y a todo esto, como buen alumno y queriendo escuchar, me puse manos a la obra. Llevo ya unos cuantos meses haciendo lo posible por remodelar el espacio para que así pueda pasar la silla de ruedas. Aunque debido a esta sugerencia, puedo decir que he intentado hacer una nueva distribución y parece que ya se ve el final. Como digo, no siempre es bueno estar solo.

Y una vez más, tengo que decirme que para mí quiero y necesito un alguien que sepa como pienso y como quiero. Y que sepa decirme que no solo es el ser trabajador, sino el saber qué te puede faltar, pues no dejo de pensar que necesito un buen entrenador. Porque cuatro ojos ven…

No puedo negar que tengo muy poco espacio y, además, muy lleno, pero es muy importante saber colocar cada cosa en el sitio que crees que puede estar. Tengo y debo de estar orgulloso de mi local en el que cada día, sin sitio, intento colocar una cosa más.

Con vuestro permiso, y con el permiso de nuestro Mochuelo, lo dejamos aquí por esta ocasión y os deseamos toda clase de bienestar para poder disfrutar de las vacaciones que a cada cual os puedan tocar. 

Un abrazo grande de vuestro amigo Juan.

Foto de Asad Photo Maldives


Comentarios

Entradas populares de este blog

Maldito tabaco

No te ates, no digas que ya no puedes

Ser mejor que ayer