Manantial de agua viva


No quiero que tengas prisa. Quiero saber dónde vas, y quiero que seas consciente y que sepas administrar las aguas que caen del cielo. Tú las debes de aprovechar, has de ponerle unos cubos y poderla almacenar por si llega la sequía y la echas en falta.

Son tus campos de amapolas, son tus campos de un trigal, son tus campos de ilusiones los que tú quieras sembrar, es la yerba del camino, son las rosas en el rosal, será tu almendro florido que su blancura te da. 

Es tu mudo tan inmenso, es tu mundo libertad, son tus sueños e ilusiones tu forma de pensar. Es la fuente que no para de aquel lindo manantial, y son las aguas que se esparcen por medio de un matorral y son sus huertos, sus frutos los que me animan a andar. Árbol de hoja perenne, con tu fuerza, tu bondad será tu sombra el cobijo para poder descansar de tanto que tengo andado y de lo que me falta por andar. 

Como podéis comprobar, hoy estoy poético, pues siempre ando haciendo algo rozando mis límites. De lo que soy capaz de dar no puedo engañarte, no te puedo ni te debo de engañar. Quiero compartir contigo lo que creo, lo que puedo, lo que me creo capaz y dar lo poco que tengo, pero que sea verdad, aunque a veces me arrepienta a quien se lo pude dar.

Pero no quiero pararme y no me debo parar, debo de seguir caminando. No quiero parar de andar, nada ni nadie me tiene por qué estorbar. Quiero verte en el camino e incluso poder hablar. Compañero, amigo, nada nos debe de estorbar. Hay muchos días del año para podernos encontrar y procurar nuestro encuentro que nos pueda unir más. Son los pueblos, son aldeas incluso la capital. Tenemos que ser valientes y ser capaz de juntar ilusiones (y otras tantas cosas) que nos debemos prestar. Tus ganas, tus alegrías te tienen que hacer andar y recorrer los caminos que te pudiesen gustar. No justifiques tu ausencia, no te engañes, sé verdad. Queremos tener amigos para poder conversar. Sé valiente, no lo dudes, no eches la vista atrás, sé consciente de lo que eres y de lo que eres capaz. Camina si te es posible, fuese tarde, sea de noche o de madrugá. 

Gracias por estar ahí, porque puedo caminar. No eches la culpa a la lluvia, no digas que es el temporal, no me digas que hace frio, que es de noche o de madrugá. La inclemencia del tiempo quizás te pueda estorbar, pero es tu ilusión y son tus ganas las que te hacen andar. 

No podemos engañarnos, ni yo te quiero engañar. No importa la edad que tengas, a lo que te quieras dedicar, tenemos que ser valientes, nada ni nadie nos debería estorbar. Y, ser sincero, atrevido para poder caminar, incluso romper barreras que podamos encontrar, o puede que fuese un rio el que debemos de cruzar. Es tu misión, tu destino el que te has de labrar. 

Amiga, amigo, compañero o conocido, no soy más valiente que tú ni más fuerte ni más rico. Ni más culto, que lo hecho mucho de menos, pues suerte de mí que tengo quien me puede echar una mano. Una mano que me permite presumir, por ejemplo, de mi querido blog, pues no puedo negar que sin la ayuda de los demás sería casi imposible. Sí que es verdad que yo fui el que me tiré al rio, pero sin la colaboración de los demás me sería muy difícil poder pescar.

Por eso y por otras muchas cosas, me tengo que sentir un (chico) afortunado. O un jubilado… un tipo que no se quiere rendir porque está lloviendo o porque hace frio. Quiero continuar hasta donde sea capaz de llegar. Pues creo que me quedan menos de cien años para jubilarme. 

Sé que no puedo decirte cuánto tiempo me queda que estar por aquí. Que sea mucho tiempo y que tú y yo podamos disfrutarlo haciendo lo que más nos gusta: el estar ocupado, el poder disfrutar de todo lo que tenemos, a donde me considero un afortunado, y no por lo que pueda tener, que todo ayuda, sino porque debemos de estar agradecidos de la vida.

Yo por mi parte, debo y tengo que estar muy agradecido de mi vida, un afortunado por tener mi blog, entre otras muchas cosas. Lo que sí que creo ser un tipo un poco más que un jubilado, una persona que no se quiere rendir delante de personas que dicen que ya hicieron bastante. Creo ser alguien que quiere, que intenta, que pretende hacer algo para mí mismo y para los demás. Quiero pensar que no soy perfecto, y quizá por eso me tengo que obligar más que los demás para llegar.

Te espero en el camino. No me importa madrugar pues yo te estaré esperando. Creo que tu vendrás.

Nuestro mochuelo… un abrazo, vuestro amigo Juan.


Foto de Sabine Fischer

Comentarios

Entradas populares de este blog

Maldito tabaco

No te ates, no digas que ya no puedes

Ser mejor que ayer