Ganas de luchar


Ganas de luchar. Algo que a muchos de nosotros nos parece casi una tontería y hasta una barbaridad. La verdad es que no puedo negar que soy de los antiguos, aunque no quiero que se note. 

Esta tarde precisamente, una niña que apenas casi hablaba me dijo abuelo. Y la verdad es que no sé por qué os lo cuento. Pues creo simplemente que no puedo negar que soy mayor, pero no quiero ser viejo. Pero, esa niña algo me ha visto para llamarme abuelo.  

No me gustaría que mis escritos sean cuentos vacíos sino todo lo contrario. Escritos que puedan tener conversación de ida y de vuelta y, sobre todo, intentar ser muy auténticos dentro de las posibilidades de cada cual, pues seamos, dentro de lo posible, comunicativos. Conozco a mucha gente, con cultura muy superior a la mía y no veo ni un escrito de halagos o de reproches. Lo digo por mí, pero también lo digo por ti, por esos hombres y mujeres negados a dar un aplauso o un olé. Intentemos dar a la vida algo de lo que tenemos. 

Perdón, pues no era lo que yo quería deciros, pues la niña pequeñita nos hizo cambiar.  

Decía al principio, ganas de luchar. Ganas de construir y ganas de ver cosas para aprender. El otro día escuchaba un video de estos que se mandan por WhatsApp que decía que la vida no se ve igual a los 20, a los 50 que a los 80. Pero la vida no se termina cuando nosotros nos vamos. La vida continua y muchos de nosotros decimos que después de que yo me vaya a mí qué me importa. Ya sabemos que después de muerto, no sabemos… Pero amigo, compañero, amiga..., nuestra obligación es, a ser posible, dejar algo mejor de lo que encontramos. 

Ya sé que no estarás de acuerdo en pensar o en compartir con los demás. No dudo de que muchos de nosotros hayamos podido tener una mala experiencia, con hijos incluso, pero tenemos que ser generosos con los demás. Aunque nos cueste y pensemos que el dinero es muy goloso y que además tenemos que ser unos desconfiados.  

Yo no estoy de acuerdo. No todo el mundo es malo y ni tampoco bueno. Pero dentro de tus posibilidades has de ser generoso, confiado pero cauteloso. Sí que creo que hay algo, que no estoy seguro y ni si llevaré razón, sé generoso y confiado contigo mismo y puede que los demás te miren de otra manera. No sé si os habéis dado cuenta del tacaño, por ejemplo, persona que no se fía ni de sí mismo. 

Compañeros, conocidos, forasteros, amigos, femeninos o masculinos, hombres y mujeres que sean o se quieran llamar mayores o jóvenes, a todo ellos en general bienvenidos a este humilde y simple blog de nuestro Mochuelo, a donde, casi siempre, yo os digo algo de mi verdad, pensando en algo de mi pasado. 

Pero hoy, para todo aquel que nos quiera seguir y escuchar, estamos en el presente y, sin lugar a dudas, con la mirada puesta en el futuro.  

Nuestra asociación, no es ni más ni menos que una de otras muchas, con cuatro años de vida, y con una pandemia de por medio. Y, sobre todo, un presidente con muy buena voluntad, dispuesto a soportar los muchos o los pocos inconvenientes, que se hayan podido dar, pero un presidente bastante solo.  

No puedo ni debo culpar a nadie de cuánto poco hayamos podido avanzar pues los motivos más visibles puede que hayan sido el hacer caso a los demás, dando mi entrega, mi lealtad y creyéndome inferior a los demás.  

Pero quizás esto tenía que pasar para darme cuenta de que yo no soy más que los demás, pero tampoco menos que los demás. No es nuestra intención cambiar a los demás. Hemos de ser nosotros mismos de verdad con lo bueno y lo menos bueno. No te lo digo porque tú pertenezcas ni que tú seas de la asociación, pero sí quiero y deseo que mires esta asociación como algo que podría ser algo tuyo y a la vez de los demás para poder crecer juntos y hacer grande a ti mismo y a los demás.  

No tenemos metas, no tenemos techo, no tenemos competidores porque buscamos y queremos la igualdad y el bienestar de nosotros mismos sin olvidar a los demás. Algo que quizás tú no puedas creer y yo te digo que puede ser posible. Cree en ti mismo y probablemente creerás en los demás. Dices, te dicen, no te fíes de nadie y creo que del todo no es verdad. Confía en ti mismo y confiarás en los demás.  

Nuestra asociación no te va a regalar nada porque eres tú con tu voluntad y tus ganas quien nos ha de demostrar hasta dónde quieres y puedes llegar. No tenemos techo, eres tú el que te has de poner tus metas y tus barreras. Nadie te impedirá que vueles muy alto, por lo que tú solo has de encontrar aquello que se llama buscar lo que más te pueda gustar sin hacer daño a los demás. 

Te espero en el camino. No dejes de caminar. Espero de ti algún día que te puedas acordar de este Mochuelo que canta de noche, de madrugada, que canta buscando el bien y nunca buscando el mal.  

Sé valiente, decidido. No dejes de caminar. Nuestro Mochuelo te espera. Jamás te arrepentirás. 

Vuestro amigo, Juan 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Maldito tabaco

No te ates, no digas que ya no puedes

Ser mejor que ayer