La semilla
Digo esto de la semilla porque nosotros todos, y cada uno de nosotros y de nosotras, podemos sembrar. No hace mucho rato lo he podido comprobar porque alguien me dijo que lo mejor de esta vida es el saber sembrar, porque si siembras algo podrás cosechar. No importa adonde estes a donde puedas estar, podría que ser el campo, un pueblo una ciudad, o puede, quizás muy lejos a donde quieres sembrar, sé valiente, no te rindas la vida te ayudará.
No importa la edad que tengas, ni a donde quieras estar.
Procura plantar semillas, las que pudieran brotar.
Ponle cariño a tu vida, sé verdad de tu verdad.
Sembrando cuanto puedas, lo que te pueda gustar,
y puede que sin creerlo, tú las puedas cosechar.
La vida es un camino, el que tenemos que andar,
donde cosechamos hoy, para volver a sembrar.
Por ser labrador de primera no es fácil siempre sembrar,
pero te sobra coraje para volver a empezar.
Quisiese verte en la cumbre, y yo contigo jugar y, puede que no me creas, porque te quiero enredar. Espero demostrarte que, pudiera ser verdad. Una mano sin la otra jamás se pudo lavar. Quiero darte mi mano, una mano de verdad y, juntos, quizás podamos llegar donde queremos llegar. Sé valiente, no te rindas, que puede que sea verdad.
Mientras tanto yo te espero y no me importa tu edad. Yo te aprecio, yo te invito a que puedas colaborar, con un trocito de vida que nos cuentes tu verdad.
Mientras tanto, yo te cuento un trocito de mi vida, un trozo de mi verdad…
No puedo negarte que más de una vez yo te haya dicho cuanto me dio mi restaurante, y no me refiero solo a lo económico, y, ni tampoco lo hago para que tú, hoy o mañana, te pongas un restaurante. Quizás por lo que te decía un poco antes, porque cada día estoy más convencido de que es muy importante estar enamorado de lo que haces.
Sufro cuando veo a muchas y a muchos que solo les interesa el dinero. Y, además me pongo en su lugar: lo mal que lo pueden estar pasando. El tener que trabajar haciendo lo que no te gusta solo por el dichoso dinero. Porque, entre otras muchas cosas, es verdad que hace falta el dinero. Pero no te conformes compañera o compañero. No trabajes solo por el dinero. No sé cuántas cosas podrás contarme. Yo no te aconsejo, pero amigos amigas, levantad el vuelo. Busca lo que te gusta y no tengas miedo. Trabaja incansable, mi buen compañero, y no te conformes solo por dinero.
Creo que te contaba en el anterior post lo de la obra nueva de nuestra cocina la que tanto trabajo nos dio, pero también hubo sus beneficios. Más de una vez dudé si el haber hecho una linda cocina había merecido la pena y/o fue lo suficientemente rentable. Y por muchas vueltas que le he dado, fue rentable. Nadie tiene culpa de que, a más volumen, era lógico más personal y como no, más problemas. Aunque ya dijimos que el tema del personal lo dejábamos para otro día.
La cocina nueva, no sé si alguna vez había dicho, fue un paso importante para que nuestro restaurante se pareciese más a un restaurante, pues antes no podíamos presumir de cocina.
Otra cosa de menos volumen pero que también nos dio mucha vida fue la terraza. Sobre todo, con “el sopar a la fresca” inventado por la familia. Fue un gran acierto, pues fue algo que aceptaron muy bien nuestros clientes. Tanto es, que más de una noche nuestra clientela pedía el comer fuera. Que no que fuese adentro.
Lo del “sopar a la fresca” fue un ejemplo más con nuestros clientes. Recuerdo que por lo menos el primer y segundo año venían unos chavales y chavalas que querían cenar en la terraza. Salí y les dije que no estábamos preparados para llevar lo de dentro y lo de fuera y que por lo tanto no servíamos fuera, y me dijo que con el dueño anterior no tenían problema en comer afuera, lo que les sentó muy mal, y posteriormente fueron clientes nuestros.
Digo esto porque en la restauración muchos de nosotros nos creemos que todo es posible algo muy importante para tener en cuenta, la seguridad de lo que haces, que puedes equivocarte muchas veces, pero respeta para que te respeten, y sé serio con lo que haces. La restauración al menos lo que mi familia y yo hemos vivido requiere formalidad, y el respetar mucho a los demás.
Nuestra prioridad es ser capaz de sembrar porque nuestra ilusión es el ser capaz de cosechar. La terraza fue la prioridad de muchos de nuestros clientes, que, sin lugar a duda, solo se consigue con una buena materia prima, y con el respeto de cada uno de los trabajadores. Lástima que yo como jefe de nuestro local alguna vez dudé a la hora de hacer, o de tomar decisiones. Quiero decir que quizás no fui un gran profesional, pero sí quizás intenté por todos los medios ser verdad.
Compañeros, amigos de nuestro mochuelo contento y orgullosos debemos de estar, pues somos capaces de pedir disculpas si con alguien lo hicimos mal. Mientras tanto, nuestra misión es volar y colaborar humildemente lleno de orgullo de nuestra verdad.
El mochuelo, tu amigo Juan.
Comentarios