No quiero dejar de volar
Nuestro mochuelo no quiere dejar de volar porque se da cuenta de que le queda mucho que aprender y mucho que colaborar con los demás. Pero nuestro mochuelo, antes que nada, quiere saludar y dar nuestro apoyo incondicional a todas aquellas personas que no dejan de luchar por su bien y por el de los demás.
Queridos amigos y amigas, casi emocionado empiezo a escribir mi quinto post. Sé que es muy poca cosa la que el mochuelo os puede dar, pero está contento y orgulloso porque está dando todo lo que puede dar y eso es lo mejor que le podría pasar. Nuestro mochuelo tiene muchas ganas de demostrarse a sí mismo que no hay barreras, que no hay fronteras ni edad, ni faltas de ortografía que nos puedan frenar. Que nuestra ilusión, entre otras muchas cosas, es aprender, enseñar, colaborar, … sin miedo a que podemos tropezar, pero con la ilusión de volver a empezar.
Nuestro mochuelo no es quién para aconsejar, pero sí quiere volar, participar, y aprender de los demás, y dentro de sus posibilidades, quiere enseñar. Y quiere decir a los demás que hoy puede ser un gran día. Que quizás puede ser un día para empezar a caminar o empezar a volar. Será tu actitud, tu forma de pensar o de soñar, pero no seas mediocre. Sé lo que realmente eres y de lo que eres capaz. Nunca es tarde y seas mochuelo o gavilán, vuela alto. Tanto como puedas o te veas capaz. Sueña con lo que buenamente puedas. No te importen tus años, tu edad, ser hombre o mujer, estés en el campo o en la ciudad.
No te engañes, no me engañes, no engañes a los demás. No seas cobarde, no llores, no te dejes engañar. Sé valiente, generoso contigo y con los demás. No te quejes del pueblo, no maldigas la ciudad. Son muchas las cosas que inventas para poderte engañar de tus mentiras o razones que inventas para justificar, o trasladando la culpa a los demás.
El mochuelo quiere aprender, quiere enseñar, quiero colaborar. Con chicos, chicas, hombres y mujeres de cualquier edad, de cualquier pueblo o ciudad, raza o lugar. Podemos hablar del campo, del pueblo o de la ciudad. Podemos hablar de oficios, de los oficios que nos puedan gustar, de muchos que ya olvidados pudiéramos recuperar, de cuanto nos dieron antes o de lo que aún nos pueden dar.
Espero que nos demos cuenta de cuanto podemos dar. Sé valiente, generoso contigo y con los demás y da lo poco que puedas, que a alguien le enseñarás. Eres tú tu marinero, eres tú tu capitán, el que sabes lo que quisieres o lo que puedas buscar. Quiero esperarte si puedo, nos podemos ayudar. Una mano sin la otra jamás se pudo lavar. Quisiera volar contigo a donde nos pueda gustar. Espero darte mi mano y que tú nos la puedas dar. El mochuelo está contigo, agradecido, además. Sabiendo que estás, hoy podemos colaborar.
Quiero que seas mi amigo, y no me importa tu edad. Quiero aprender de tu mundo, de tu campo, tu ciudad, de tu talento, tus costumbres…
Mochuelo de la amistad.
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