Día de la MADRE
Señora, compañera, amiga, o simplemente mujer, me acordé ayer de ti y no pude felicitarte siendo el día de la madre. Lo hago hoy, con retraso, pues creo te lo mereces. No quiero decirte en ningún momento lo que no pienso o lo que no siento, pues tuve una madre muy buena, seis hermanas que me quisieron mucho y una mujer a la que debo querer sin reservas.
Soy un jubilado con ganas de hacer, con ganas de comunicarme y al ser posible que no sea solo con hombres. Pues el otro día agradecí mucho a Carmen que contestara a mi Blog en el que me decía que su madre no se animaba a contar nada de todo lo que sabe. Sólo te diré que me gustaría poder charlar con tu madre. No me siento superior a nadie y Dios me libre que así fuera, pero creo estoy viendo a tu madre como a otras muchas que no le dan la menor importancia a ese tesoro que guardan.
Para no hacerme un pesado, yo les diría a todas las mujeres que les apetezca, quieran o puedan, pueden escribir sus comentarios al blog y juntos trataremos, cualquier caso. Si quieres podemos hacer una prueba.
Espero, querida amiga, que comprendas que yo sin ti no soy nada, contigo puede que sea algo.
Os cuento una anécdota, a mis 69 años: hace unos 20 días fue la primera vez en mi vida que me ha invitado una señora a un café. Yo como soy de los de antes, el café lo pagué yo, pero creo que quedamos muy agradecidos los dos.
Un abrazo de felicitación. Te espero.
El mochuelo de la amistad M Z. V.
Soy un jubilado con ganas de hacer, con ganas de comunicarme y al ser posible que no sea solo con hombres. Pues el otro día agradecí mucho a Carmen que contestara a mi Blog en el que me decía que su madre no se animaba a contar nada de todo lo que sabe. Sólo te diré que me gustaría poder charlar con tu madre. No me siento superior a nadie y Dios me libre que así fuera, pero creo estoy viendo a tu madre como a otras muchas que no le dan la menor importancia a ese tesoro que guardan.
Para no hacerme un pesado, yo les diría a todas las mujeres que les apetezca, quieran o puedan, pueden escribir sus comentarios al blog y juntos trataremos, cualquier caso. Si quieres podemos hacer una prueba.
Espero, querida amiga, que comprendas que yo sin ti no soy nada, contigo puede que sea algo.
Os cuento una anécdota, a mis 69 años: hace unos 20 días fue la primera vez en mi vida que me ha invitado una señora a un café. Yo como soy de los de antes, el café lo pagué yo, pero creo que quedamos muy agradecidos los dos.
Un abrazo de felicitación. Te espero.
El mochuelo de la amistad M Z. V.
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