El mochuelo de la amistad

Un año más que se marcha, un año más que no volverá, un año más que se ha ido y del que podemos contar.  Amigos, amigas, conocidos, familias y todo aquel que nos pueda apreciar, leer o divulgar... a todos ellos y a todos aquellos que nos puedan visitar, desearles con la mayor voluntad, un trocito de mis sueños, un trozo de mi verdad, para que sueñes, disfrutes, para que seas tú mismo queriéndote de verdad.  Lo primero que quiero hacer hoy, es decirte cuánto tengo que agradecerte a ti y a nuestro Mochuelo, el que quiere aprender, quiere enseñar y quiere colaborar haciéndose el bien a sí mismo y a los demás.   Nuestro Mochuelo quiere despedir el año con la voluntad de creer que nada o casi nada es imposible, que la vida queramos o no queramos está hecha de sueños, sueños que otros más sabios que nosotros fueron capaces de soñar, y de darnos las herramientas para ser capaces de construir aquello que jamás pudimos imaginar.  No queremos, ni podemos de modo alguno, d...

La vida, las Navidades, la Navidad, ... No se puede negar que son fiestas entrañables, señaladas, con mucho arraigo personal, familiar y espiritual.  Me gustaría ser un experto o alguien con capacidad y cultura para poder informar de alguna manera sencilla, natural y ser capaz de llegar a lo más hondo de cada cual, sin importar sexo, cultura, religión o edad.  Compañeros, amigos y conocidos de cualquier parte del mundo, de cualquier pueblo o ciudad, seamos capaces de afrontar nuestra propia identidad. Seamos nosotros los primeros que, queremos ser capaces de afrontar nuestras propias ideas y capacidades. No esperemos que nada ni nadie nos niegue nuestra realidad.  No hace mucho tiempo que Andalucía parecía que estaba muy lejos de Barcelona. Hoy ya casi nada está lejos. No nos debe de extrañar que casi todo lo que se mueve en cualquier parte del mundo nos puede afectar. Y que conste que no soy ningún experto en la materia. Y cualquiera se da cuenta de que no hay distancias...

Compañero, amigo, conocido, no esperes que el tabaco te quite de fumar, sé tú el que dejas para siempre el tabaco. Lo digo por ti, no por mí, pues yo un día fui capaz de dejar el tabaco para siempre, y si te soy sincero, creo que a mi parecer fue la mejor decisión que yo pude tomar en mi vida. Sufro y me compadezco de mujeres y hombres que los veo en su propio negocio que se salen a la puerta a fumar. Pero, además, muchos y muchas, haciendo alarde de grandeza como si estuviesen haciendo algo positivo. Y no saben o no quieren saber que más de uno de los que pasamos por aquella puerta sabemos que se están matando, que están perdiendo un trozo de su personalidad. Pero, además de hacer el ridículo, están perjudicando su negocio. Hace dos días, pasando por la puerta de adonde vivo, hay dos bares, que tengo debajo de mi ventana, precisamente desde donde os escribo. Ventana que no puedo abrir durante todo el verano, si no quiero fumar más de lo que fuman los fumadores. Pasaba casi por medio d...